Las obras de Frida Kahlo reflejan su propia historia, una realidad que mezcla con fantasía y en la que contrapone México y Estados Unidos de manera continuada. Su vida no fue un camino de rosas. Y quizá esa es la razón por la que sus obras cosecharon tanto éxito.
La vida de Frida Kahlo
El verdadero nombre de Frida Kahlo es Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón. La pintora mexicana tuvo una vida marcada por la poliomielitis, una enfermedad por la que pasó grandes períodos en cama y tuvo una cojera de por vida. También por un grave accidente de autobús que la dejó postrada en la cama durante mucho tiempo y por el que tuvo que pasar por quirófano en más de una treintena de ocasiones. Frida contrajo matrimonio con el también pintor Diego Rivera con quién compartía su pasión por México.
Frida Kahlo se ha convertido en todo un mito gracias a la presentación que hizo de sí misma. Sus obras muestran su sufrimiento tanto físico como psicológico. Y es que en su vida personal tampoco tuvo demasiada suerte, sufrió varios abortos que le impidieron cumplir el deseo de ser madre. De todo ello surgió la inspiración para crear sus obras. Una inspiración que le permitió que sus retratos consiguieran éxito y fueran adquiridos por grandes museos como el Louvre de París.
La temática de las obras de Frida
Todas sus obras giraban en torno al dolor y la tristeza. En un principio quiso dedicarse a la Medicina pero tras los reveses de la vida decidió finalmente dedicar tiempo y una oportunidad a la pintura.
El autorretrato era su fórmula secreta del éxito. Frida se autorretrataba a través de los pinceles y las pinturas. La mexicana realizó más de setenta obras de sí misma en las que reflejaba sus problemas de salud, sus sentimientos más internos y el interés por reconstruirse. Lo que Frida hizo fue un retrato de su día a día, de su vida y de sus experiencias a través de numerosos símbolos y metáforas con los que sus pinturas adquirían un tono surrealista.
El estilo de Frida Kahlo permanece hoy en día. Ilustraciones, camisetas, libros y exposiciones continúan haciéndose eco de su pintura e indirectamente de su vida. Una vida marcada por el dolor en la que consiguió sacar lo mejor del sufrimiento y mostrarlo al público a través de sus obras en las que dentro de todo el sufrimiento también había un pequeño lugar para la alegría.
